El 09 de Noviembre de 2017, en las instalaciones del Instituto de la Construcción de Castilla y León, ICCL, en Burgos, se ha realizado la reunión de lanzamiento del proyecto LIFE REFIBRE, financiado por la Comisión Europea a través del Programa LIFE, a la cual han asistido todos los socios. Durante la reunión se han repasado todos los aspectos tanto técnicos como financieros del proyecto.

El proyecto LIFE REFIBRE recuperará los residuos de palas de aerogeneradores para mejorar el firme asfáltico.

El proyecto europeo LIFE REFIBRE propone una gestión integrada y sostenible de estos residuos y su aplicación en aglomerado asfáltico, con el fin de mejorar su resistencia, durabilidad y reducir las acciones de mantenimiento.

Con la presencia de todos los socios ha comenzado el proyecto REFIBRE, financiado por la CE a través del programa LIFE, instrumento financiero de la UE para fomentar los proyectos demostrativos en materia de medio ambiente.

España es el segundo país europeo y el cuarto a nivel mundial con más aerogeneradores implantados, los cuales suponen una cantidad de más de 142.000 toneladas de fibra de vidrio. La acumulación de residuos de palas de aerogeneradores en vertederos supone un problema ambiental ya que no son biodegradables y ocupan un gran volumen debido a su tamaño.

El proyecto LIFE REFIBRE propone desarrollar una gestión integrada de estos residuos una vez finalizada su vida útil, con un doble objetivo: por un lado, promover la reciclabilidad completa y de alta calidad de uno de sus compuestos, la fibra de vidrio (PRFV); y por otro, dotarles de un segundo ciclo de vida para una aplicación de alto valor añadido: su incorporación al aglomerado asfáltico.

A través de este proyecto, de tres años de duración, se diseñará y construirá un prototipo innovador y exclusivo para el reciclaje de palas de aerogeneradores y para obtener fibras de vidrio. Estas fibras serán introducidas en mezclas asfálticas para la construcción de 1.500 metros de firme asfáltico, que será monitorizado y analizado para comprobar la variación de sus propiedades mecánicas. Los socios del proyecto prevén mejoras como el aumento de su durabilidad y resistencia a la deformación, o la reducción de acciones de mantenimiento.

A lo largo de estos tres años, el consorcio llevará a cabo la evaluación ambiental, social y económica con el fin último de poder replicar sus resultados en otros países.

El grupo de socios que llevará a cabo todas estas actividades está formado por el Instituto de la Construcción de Castilla y León (ICCL), coordinador del proyecto, el Centro Tecnológico CARTIF, BLAS-GON, Contratas de Obras San Gregorio e INCOSA Investigación y Control de Calidad.